Juan Carlos Rodríguez
México es el país de América Latina con más empresas amonestadas por no cumplir con estándares internacionales de calidad en los equipos balísticos que venden a las Fuerzas Armadas, las corporaciones locales y a empresas privadas, lo que se ha convertido en una “ruleta rusa” para soldados y policías que los utilizan.
De 2021 a la fecha, seis empresas mexicanas han recibido “advertencias” por parte del Instituto Nacional de Justicia de Estados Unidos (NIJ, por sus siglas en inglés), dependencia internacionalmente reconocida para certificar que chalecos, cascos y equipos de protección antibalas que se producen en el mundo cuentan con criterios mínimos de rendimiento y protección.
En primer lugar está EU con 12 empresas amonestadas entre 2021 y 2025, seguido de México con seis, Colombia con cinco, y al final China, República Checa, Brasil y Reino Unido con una cada una, según la información disponible en la página del Criminal Justice Technology Testing and Evaluation Center.
Para especialistas en seguridad, esta situación no sólo implica un riesgo para el personal de las dependencias encargadas de seguridad que utiliza el equipo de mala calidad, sino que han puesto al descubierto esquemas de corrupción, en un contexto en el que los insumos comienzan a escasear debido a las guerras que se desarrollan en el mundo.
Tarjetas rojas y amarillas
En el argot de la certificación balística, los “safety notices” (avisos de seguridad) reflejan problemas críticos, como perforaciones múltiples en pruebas o incumplimientos significativos de los estándares NIJ, lo que representa un riesgo inminente para la vida de los portadores.

Cuatro empresas mexicanas han sido objeto de “safety notices”, advertencia que implica el retiro permanente de los modelos en cuestión. Las firmas son Arvak Tactical, Giramsa, Protective Materials Technology y Multiproductos Internacionales, algunas de las cuales han tenido contratos con fuerzas federales de seguridad en México.
Las “advisory notice” (avisos de asesoramiento) indican un problema menos grave de calidad, pero que amerita investigación y corrección, con la posibilidad de que el modelo sea restaurado si la empresa hace mejoras y se ajusta a los requisitos del NIJ.
Tres empresas han recibido este apercibimiento. Se trata de Carolina Performance Fabrics y Mex Msf Sco, además de Protective Materials Technology, que está en ambas “listas negras”.

“En los ámbitos estatal y municipal hay muchos casos de decesos de policías a quienes les dieron un chaleco blindado de mala calidad o que no correspondía con la especificación técnica o que ya caducó”, dijo David Saucedo, consultor en programas de gobierno y experto en seguridad pública.
En entrevista con El Sol de México, Saucedo aseguró que el problema se agudizó en tiempos recientes, a raíz de que se incrementó el presupuesto de estados y municipios para combatir la inseguridad.
“Con el aumento del gasto, surgieron esquemas de corrupción en la compra de armas, en el equipamiento de patrullas, en los blindajes, en la compra de chalecos y drones”, planteó el analista.
El récord de Protective Materials Technology
Entre 2021 y 2023, la empresa Protective Materials Technology (PMT) ha recibido cuatro “avisos de asesoramiento” por la mala calidad de sus modelos de chalecos balísticos.
El nombre de PMT ha sido mencionado con frecuencia en las últimas semanas, al informarse que participa en la licitación LA-07-113-007000998-T-69-2025 para adquirir 18 mil juegos de placas balísticas, lo que representaría un contrato por 275 millones de pesos.

En 2023, la organización Mexicanos contra la Corrupción publicó una investigación en la que señala Alejandra Aguilar Solórzano, una de las socias de PMT, vendió al entonces secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, un departamento de 460 metros cuadrados en Huixquilucan, Estado de México, en 9 millones de pesos, un tercio del valor comercial.
En la licitación LA-07-113-007000998-T-69-2025, cuyo resultado se dará a conocer en próximos días, también participa Armor Life Lab (ALL), empresa que tiene un historial de fallas en los chalecos antibalas que vende a dependencias como Defensa, Marina, gobiernos estatales, bancos y corporaciones municipales.
ALL no tiene advertencias de las autoridades estadounidenses, pero tampoco hay registro de que haya buscado la certificación del NIJ.
Armor Life Lab ha declarado en los procedimientos públicos que su material balístico es de origen nacional. Sin embargo, información oficial sobre importaciones revela que la empresa compra sus productos al proveedor de origen chino Hangzhou Bichi Imp&Exp Co LTD y los reetiqueta con el objetivo de venderlos a sobreprecio y ampliar sus ganancias.
Armor Life Lab (ALL) tiene un historial de fallas en los chalecos antibalas que vende a dependencias como Defensa, Marina, gobiernos estatales, bancos y corporaciones municipales
Algunos de sus clientes defraudados a través de diversos contratos que, en conjunto, suman al menos 270 millones de pesos, son Defensa, Marina, gobiernos de Nuevo León, Puebla e Hidalgo, Comisión Federal de Electricidad, los municipios de Monterrey y Ecatepec, y Bansefi.
Urge rigor en la certificación
“Hay por lo menos tres empresas que han sido amonestadas porque han tratado de ser proveedores del Ejército y no están cumpliendo con las especificaciones que se les piden o bien quieren verle la cara al Ejército”, dijo Juan Ibarrola, experto en temas de Fuerzas Armadas.
Para el analista, la Secretaría de Defensa ha aprendido de estas experiencias y para futuras licitaciones pondrá especial atención en que el equipo que se adquiera cuente con la certificación NIJ.
“Una estafa similar se detectó en los cascos balísticos para los soldados tanto del Ejército como de la Guardia Nacional; se quiso vender un casco que simple y sencillamente no cumplía con las especificaciones técnicas; afortunadamente, todo eso ha cambiado y se tiene la intención de que las siguientes licitaciones sean más transparentes”, expuso.
De acuerdo con la página del Criminal Justice Technology Testing and Evaluation Center, organismo del NIJ que se encarga de hacer las pruebas de los equipos, otra empresa que ha sido amonestada es Carolina Performance Fabrics, pues tres de sus modelos de chalecos antibalas no cuentan con las normas básicas de calidad.
A pesar de estas fallas, la página de internet de la empresa refiere: “contamos con varias acreditaciones, como ISO 9001, ISO 17025, ISO 14001, OEKO-TEX, ATA, ESR y EMA, entre otras. Además, estamos orgullosos de tener el primer laboratorio balístico en México autorizado por la Secretaría de Defensa Nacional”.
El riesgo de las adjudicaciones directas
“Yo diría que fue en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador cuando se dispararon los contratos anómalos en torno a la adquisición de equipo, la corrupción y los moches”, sentenció Saucedo, quien estimó que los negocios ilícitos florecieron ante el aumento de las adjudicaciones directas en los contratos gubernamentales.
“En muchas ocasiones, se invocan razones de ‘seguridad nacional’ para recurrir a la asignación directa en la compra de productos y servicios. Y está comprobado que cuando no hay competencia en los contratos, se favorece la corrupción, el tráfico de influencias y el intercambio de favores a cambio de contratos”, agregó.
Arvak Tactical es una empresa mexiquense que fabrica chalecos antibalas, cascos, calzado táctico, guantes, fornituras y uniformes para fuerzas de seguridad. En su portal web, el producto estrella es el chaleco F10-Raptor.
Sin embargo, el 19 de julio de 2024, el centro de evaluación del NIJ publicó un aviso de seguridad que decía: “El Instituto Nacional de Justicia informa que el chaleco antibalas Arvak Tactical, modelo F-10 Raptor, ha sido eliminado permanentemente de la Lista de Productos que Cumplen con la Normativa NIJ debido a problemas de seguridad no resueltos. Cualquier chaleco antibalas con esta designación de modelo debe reemplazarse lo antes posible”.
Las corporaciones del Estado de México son las más vulnerables ante esta anomalía, ya que los principales clientes de Arvak son los municipios de Temoaya, San Felipe del Progreso, Lerma, San Mateo Atenco, Tejupilco, Tenancingo, Cuautitlán Izcalli y San José del Rincón.
Juan Ibarrola recomendó a las instituciones de seguridad pública, tanto federales como locales, supervisar los procesos de adquisiciones debido a que la guerra en Ucrania ha afectado la disponibilidad de equipos e insumos para la seguridad pública, lo que hace que escaseen y se encarezcan los productos.
“No olvidemos que hay una guerra que se sigue desarrollando en Ucrania y otra en Medio Oriente y eso está jalando muchos insumos, como placa balística, equipo de protección, municiones, pólvora y armamento”, detalló el analista.
“Esto se está reflejando en todos los países que no forman parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), como es el caso de México. En estos momentos, los países de la OTAN tienen prioridad y son quienes se están proveyendo de insumos para la guerra; el resto de las naciones sufrirán para tener abastecimiento oportuno”, alertó.