Sistema de salud en México: menos presupuesto, menos acceso y más gasto familiar

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Claudia Juarez

El sistema de salud en México atraviesa un deterioro profundo, de acuerdo con el estudio Cambios en la atención pública de la salud en México, 2018-2024, elaborado por México Evalúa. El análisis revela que, en seis años, el número de personas sin acceso a servicios de salud se duplicó, al pasar de 20.1 millones en 2018 a 44.5 millones en 2024, según cifras oficiales de INEGI.

Entre los principales hallazgos del estudio, elaborado por Jorge Cano, investigador de México Evalúa y en el marco del primer informe de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum:

  • Recortes presupuestales. El paquete económico 2025 redujo en más de 100,000 millones de pesos los recursos destinados a la atención de la población sin seguridad social, lo que compromete la capacidad del Estado para responder a las necesidades crecientes.
  • Mayor gasto de bolsillo. En 2024, los hogares mexicanos destinaron en promedio 1,605 pesos trimestrales a salud, un aumento de 469.8 pesos frente a 2018. El impacto ha sido mayor en los hogares más pobres, cuyo gasto se incrementó en más del 80% al pasar de 355 pesos trimestrales a 651 pesos, mientras que en los de mayores ingresos creció apenas 34%.
  • Medicamentos más caros. El gasto en fármacos se duplicó entre 2018 y 2024. Destacan los incrementos en tratamientos para diabetes (261%), hipertensión (242%) y migrañas (333%).
  • Más de la mitad de los mexicanos que buscaron atención médica en 2024 acudieron al sector privado (55.1%). Solo el 34% de quienes tuvieron un problema de salud recibió atención en instituciones públicas.
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Factores estructurales

El estudio subraya que la fragmentación histórica del sistema –con múltiples instituciones como IMSS, ISSSTE, Pemex y Fuerzas Armadas, además de los servicios para población sin seguridad social– genera inequidades.

La eliminación del Seguro Popular y su transición hacia INSABI y después IMSS-Bienestar redujo las garantías explícitas de atención y debilitó el financiamiento per cápita. El presupuesto por persona para salud cayó 8% entre 2018 y 2024, pese al aumento en la población objetivo.

Hacía dónde deben ir las políticas públicas

La política pública de salud en México en el último sexenio transitó de un modelo con avances comprobados en protección financiera —como el Seguro Popular—, hacia esquemas institucionales que, pese a prometer gratuidad y cobertura universal, han carecido de mecanismos sólidos de financiamiento y gestión, según las conclusiones del estudio Cambios en la atención pública de la salud en México, 2018-2024.

El Seguro Popular logró reducir el gasto de bolsillo, los gastos catastróficos y la carencia de acceso a la salud, aunque mantuvo desigualdades territoriales o baja atención preventiva. Su sustitución por el Insabi, y posteriormente por el IMSS-Bienestar, amplió la población objetivo y prometió un mayor número de padecimientos cubiertos, pero al eliminar la afiliación, el catálogo de beneficios y el financiamiento per cápita, debilitó la certidumbre presupuestal y operativa.

Sin embargo, el resultado ha sido un retroceso medible: caída del gasto público per cápita para personas sin seguridad social, reducción en las consultas otorgadas, incremento del gasto de bolsillo y de los gastos catastróficos de los hogares, así como una creciente privatización de facto de la atención, reflejada en el aumento del uso de consultorios privados, farmacias y automedicación.

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De acuerdo con los investigadores de México Evalúa, el país no podrá construir un sistema de salud equitativo, universal y sostenible si no enfrenta las raíces estructurales de su segmentación, su financiamiento condicionado y su gobernanza. Las experiencias de Brasil, Chile y Dinamarca muestran que la integración institucional, el financiamiento solidario, la regulación inteligente del sector privado y las garantías explícitas son pilares de cualquier transformación efectiva.

  1. Hacia un sistema único, universal, no segmentado
  2. Financiamiento público sostenido con base en impuestos generales
  3. Universalizar el acceso efectivo, no sólo la afiliación nominal
  4. Participación regulada del sector privado en el abasto de medicamentos
  5. Reducir la desigualdad geográfica en infraestructura y personal médico
  6. Fortalecer la detección temprana de enfermedades crónicas y cáncer

La salud pública en México, entre recortes y desabasto

A un año del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, el panorama del sistema de salud en México confirma que el sector atraviesa una crisis estructural, según especialistas.

“Los indicadores financieros revelan que difícilmente habrá una mejoría sustancial con el presupuesto que actualmente se destina, lo que pone en duda la prioridad que representa la salud en la agenda nacional”, dijo Jorge Cano, de México Evalúa. 

El Paquete Económico 2025 contempló un recorte de más de 100 mil millones de pesos a los servicios de salud para personas sin seguridad social, una reducción que por sí sola refleja la baja prioridad del sector. Esto, a pesar de que los datos del ENIGH 2024 mostraron un deterioro acelerado, pues más de 44 millones de mexicanos carecen de acceso a servicios médicos y el gasto de bolsillo en salud ha aumentado de manera considerable.

Mariana Campos, directora de México Evalúa dijo que el estudio presentado recientemente refleja, en buena medida, el cierre del sexenio anterior, y aunque no mide el desempeño de la actual administración, sí evidencia un problema estructural que persiste. Como señaló el investigador Jorge Cano, el ajuste presupuestario no solo reduce la capacidad de respuesta del sistema, sino que además ha llegado “a cuentagotas” a hospitales y clínicas.

A la par, los problemas en el abasto de medicamentos se han convertido en un síntoma visible de la crisis. Médicos, enfermeras, personal hospitalario y organizaciones de pacientes han denunciado la falta de insumos básicos que ha obligado a suspender servicios, cerrar laboratorios e incluso limitar operaciones quirúrgicas o estudios de imagen. Cada hospital ha tenido que ajustar y reducir la atención que ofrecía, profundizando las desigualdades.

Los expertos coinciden en que “el reto es mayúsculo”: sin recursos suficientes y sin políticas públicas que garanticen abasto y acceso.