La terca realidad de México

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Joel Hernández Santiago

La presidente de México, Claudia Sheinbaum, está recorriendo el país. Visitará cada uno de los estados de la República para informar sobre su gestión que está a punto de cumplir un año y en razón a su informe presidencial del primero de septiembre pasado. Ya visitó OaxacaTabascoYucatán… y así el camino nacional. 

Está bien que diga frente a sus electores lo que ha hecho durante lo que va de su gestión. Es usual que los gobernantes presuman logros, éxitos, fortaleza y confianza: nunca fracasos. Es claro que, como ella mismo dice, todo esto es la continuación de un Movimiento. 

Nuestro Movimiento” repite en todo momento. Refiere al que inició durante la gestión del ex presidente López Obrador, al que aún llama presidente. Dice que es un Movimiento que tiene origen y destino. El origen lo conocemos, el destino es aún vago e incierto.

Y a cada entidad lleva como presente alguna obra o acción del gobierno federal en apoyo de la entidad. https://8799507d72bc169b3122dcfa2dd255da.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-45/html/container.html?n=0

En Oaxaca dijo que se va a construir una presa para tener agua para la ciudad de Oaxaca; se construyen dos Distritos de Riego para mejorar la producción, una planta de reciclaje de basura, 40 mil viviendas.

En Tabasco anunció la construcción de un campus de la Universidad Rosario Castellanos; una fábrica de chocolate Bienestar”; un nuevo ramal Roberto Ayala-Dos Bocas del Tren Interoceánico y la modernización del Puerto de Dos Bocas.

En Yucatán anunció que a partir de 2026 la población se integrará al sistema de salud IMSS Bienestar; la construcción del Hospital General “O’Horan” en Mérida y la reconstrucción del Hospital de Zona en Ticul. Asimismo la construcción de “Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes” (PILARES) en todo Yucatán, y la construcción de 40 mil viviendas.

Todo esto está muy bien. Ya se sabe que son obras que la gente valora y que tienen como origen los recursos públicos, por lo que son los ciudadanos de cada entidad los que pagan porque se haga esta infraestructura programas sociales y culturales. No son dádivas. 

Pero, en los primeros casos de su visita por la República, han ocurrido hechos alrededor de su presencia, los que se apartan del protocolo sonriente que aparece en las fotografías oficiales.  

En Oaxaca hubo manifestaciones en contra de la Reforma a la ley del ISSSTE que confronta a la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) con el gobierno federal y estatal. Durante la visita, maestros trabajadores de la Sección XXII intentaron manifestarse cerca de la mandataria, pero fueron “controlados” por grupos que los confrontó para alejarlos del lugar. 

Los maestros acusan al gobierno estatal de utilizar grupos de choque “para reprimirlos y evitar que la presidente se fuera con una mala impresión del gobierno de Oaxaca”. Acusan al gobernador Salomón Jara Cruz y al secretario de GobiernoJesús Romero, de organizar esta ‘represión’. 

Pasó en otro sentido en Tabasco, en donde alrededor de la visita presidencial hubo quema de camiones, agresiones a ojos vista, lanzamiento de poncha llantas para evitar que quienes cometieron estas manifestaciones violentas fueran alcanzados por la policía o Guardia Nacional

En Mérida, el domingo 21 de septiembre, durante la visita de la mandataria, transportistas de la obra del Tren Maya protestaron por la falta de pagos. Con pancartas y a voz viva, los manifestantes exigieron “el pago de la deuda que data de ocho meses”.

Lejos de las expresiones de júbilo con las que multitudes atraídas por los gobernadores locales hacen gala de solidaridad con la presidente, cada una de las entidades tiene su propia vida, sus propias aspiraciones y sus propios problemas. Muchos de ellos derivados de la gran crisis nacional: la corrupción, la violencia y el abuso de poder, o complicidades. 

México es muchos Méxicos. Y cada entidad requiere gobiernos que atiendan esas particularidades y los problemas locales que con mucha frecuencia nada tienen que ver con la vida general del país. Es la terca realidad del México profundo. A pesar de maquillajes políticos o discursivos. 

La personalidad y cultura e historia de los habitantes de cada entidad los hace diferentes a los de otros estados, y con requerimientos y exigencias distintas. Los problemas del sur son diferentes a los del norte. Los de Tabasco son diferentes a los de Oaxaca… 

El problema es que desde la federación. Desde el Palacio Nacional se hace tabla rasa en las decisiones de gobierno, aplicando criterios generales y no particulares. Y cada gobernador de estado atiende más al mandato de Palacio Nacional que al mandato de sus ciudadanos. 

Hay un sometimiento político, incluso entre gobernadores que no son de Morena, pero que se han declarado “Claudistas”, que cae en la traición y lo abyecto. Es entonces cuando se anula aquella propuesta de que “primero es el pueblo”. No es verdad. Primero es su posición y su beneficio.  

De ahí los conflictos y de ahí las confrontaciones. De ahí que como se vio antes, cada entidad se expresa en requerimientos distintos. Unos por educación, otros por inseguridad, otros por salarios… Y así cada cual. 

Y también hay un problema serio en este recorrido presidencial: Es el discurso de la polarización; el discurso de la confrontación entre “los que están con nosotros o contra nosotros”. El discurso que mira al pasado como si el presente no existiera. 

Acusar al pasado de lo que hoy pasa en México en este ambiente político enrarecido genera discordancias, genera decepción política e inquietud social, lo que podría derivar en confrontaciones entre mexicanos. Ojalá no sea esto lo que se quiera, por ninguna de las partes.