Julio Pilotzi
La industria global de semiconductores es un sector clave para la economía mundial, con un mercado que supera los 680 mil millones de dólares y perspectivas de crecimiento acelerado en los próximos años debido a la demanda creciente de dispositivos electrónicos, inteligencia artificial y tecnologías emergentes.
México ha identificado una oportunidad estratégica para fortalecer su participación en la cadena de valor de los semiconductores, aprovechando su ubicación geográfica, su mano de obra especializada y su integración dentro del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
El país ya cuenta con presencia en la industria en ciudades como Guadalajara y Tijuana, donde se han desarrollado centros de manufactura y diseño que forman parte de cadenas de valor complejas. Sin embargo, el gobierno mexicano busca expandir esta participación mediante políticas industriales orientadas a incrementar la inversión, facilitar el funcionamiento del sistema financiero, mejorar la infraestructura y ofrecer capacitación técnica especializada a través de esquemas duales y microcredenciales. Esto permitirá que la fuerza laboral industrial del país, considerada una de sus mayores ventajas competitivas, pueda integrarse de manera más efectiva en procesos de alta tecnología.
El Plan México, como política industrial horizontal y vertical, busca no solo fomentar el desarrollo regional y generar cadenas de valor más complejas en distintas localidades del país, sino también enfocarse en industrias específicas, tanto tradicionales como de alto contenido tecnológico. Entre las industrias tradicionales se encuentra la textil, calzado y juguetería, mientras que en el sector tecnológico se busca ampliar la participación en semiconductores, electrónica, dispositivos médicos y farmacéutica. Este enfoque combina la política industrial con la estrategia de mayor contenido regional, privilegiando América del Norte como mercado clave y consolidando a México como un aliado estratégico en el proceso de reconfiguración de cadenas de valor globales.
La estrategia incluye también esfuerzos internos para competir con Asia, mediante la mejora de la eficiencia en la producción, el suministro de energía, la atracción de inversión y el desarrollo de talento especializado. La participación en estas cadenas globales se considera crítica no solo por la ubicación geográfica y los tratados comerciales, sino también por la capacidad del país para producir manufactura compleja, incluyendo sectores como la industria aeroespacial, automotriz y de semiconductores.
A nivel mundial, Taiwán se mantiene como el mayor productor de semiconductores, seguido por Corea del Sur y Estados Unidos, con empresas líderes como TSMC, Samsung e Intel dominando el mercado. Frente a esto, México busca consolidar su papel como proveedor competitivo en la región de Norteamérica, aumentando el contenido nacional de sus exportaciones y participando de manera más activa en la integración industrial de alto valor. La apuesta por la industria de semiconductores se considera una pieza clave para el futuro económico del país, con la visión de que México pueda cada vez más exportar electrónica y fortalecer su presencia en cadenas de valor estratégicas a nivel global.
El desarrollo de la industria de semiconductores en México representa una oportunidad estratégica para consolidar al país como un centro de manufactura de alta tecnología en América del Norte, aumentar el contenido nacional de sus exportaciones, atraer inversión extranjera y generar empleo altamente calificado. Por todo esto se aplaude “Foro Semiconductores México – EUA”. Su fortalecimiento permitiría diversificar la economía, elevar la competitividad internacional y asegurar una mayor participación en cadenas de valor estratégicas a nivel global, sentando las bases para un crecimiento sostenible y una integración más profunda en mercados tecnológicos de vanguardia.
La industria de semiconductores en México proyecta un impacto significativo en el Producto Interno Bruto, con estimaciones que indican que podría aportar hasta el dos por ciento del PIB en los próximos cinco años, impulsada por inversiones que generan miles de empleos y fortalecen la manufactura de alta tecnología; entre las empresas activas en el sector se encuentran QSM Semiconductores, Nvidia, Foxconn, Intel, Texas Instruments y Micron, que han establecido fábricas y centros de investigación y desarrollo en estados como Jalisco y Baja California, consolidando a México como un actor relevante dentro de la cadena global de semiconductores y aumentando su participación en mercados estratégicos de Norteamérica y el mundo.
Voz en Off
Las empresas refresqueras en México han manifestado su descontento ante la propuesta de aplicar un nuevo impuesto a sus productos a partir de 2026, argumentando que esta medida genera un trato desigual frente a la industria alcoholera, cuyos productos no estarán sujetos a gravamen, bueno al menos no al incremento que se dará a otras en el Paquete Económico de 2026; esta situación ha provocado malestar en el sector, que considera que la política fiscal podría afectar la competitividad de sus operaciones, impactar a micro y pequeñas empresas y crear una percepción de inequidad en la aplicación de impuestos dentro del mercado de bebidas del país. Mientras tanto todas mueven ya sus cabilderos para matizar el impuesto, porque de que va, va