LA REINGENIERÍA EN LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SINALOA

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Alfonso Carlos Ontiveros Salas

Es un asunto que surge por determinaciones del gobierno federal y no de la iniciativa del Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

La propuesta de realizar cambios en el sistema de administración de los recursos, de revisar planes y programas de estudio en aras de eficientar la formación profesional de los jóvenes fusionando unidades académicas, no desapareciendo carreras, compactando grupos, realizando reacomodos de personal académico y administrativo, evitando en lo posible la separación de laborantes mediante el pago de indemnizaciones, así como la revisión normativa laboral de la Institución, dejará ahorros y se aplicará con mayor solvencia el presupuesto universitario.

En efecto, esta situación que aparece en el seno de la UAS, no fue creación intencionada de la administración que dirige el Dr. Jesús Madueña Molina, Rector Titular de la misma, sino de observaciones que se encargaron de hacer las autoridades federales de la Secretaría de Educación Pública, cuando de manera natural se hizo acto de presencia para realizar gestiones de apoyo con recursos extraordinarios y saldar pendientes de pago a compromisos laborales propias de una Institución que tiene a su cargo a miles de trabajadores que dependen de la misma.

Ahí se le presenta el estudio actuarial realizado por dichas autoridades a la UAS y se le dijo al Rector las condiciones en que se encontraba la Casa de Estudios que representa ante una jubilación dinámica que ocasiona desequilibrios presupuestales graves para el funcionamiento de la Universidad, así como el pago de una prestación que resultó sorpresiva e inadmisible para dichas autoridades como pagar una prima vacacional a personal jubilado administrativo.

La defensa del Rector Madueña Molina, fue categórica y directa. Son derechos surgidos del contrato colectivo de trabajo celebrado entre el Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa y la UAS. No es un pago que no tenga una fuente de sustento en el presupuesto universitario.

La respuesta ya la hemos venido conociendo al interior de la comunidad universitaria uaseña y de la sociedad en general. La recomendación fue contundente, reformas la jubilación constituyendo el fondo de pensiones donde los trabajadores activos y jubilados aporten para la jubilación y por otro lado no habrá apoyo para pagar una prestación que no tienen justificación legal aunque esté en el contrato colectivo porque es incongruente con su finalidad, porque son pagos que asume la UAS con cargo a su presupuesto de manera total y ese proceder pone en riesgo los salarios y prestaciones de los trabajadores activos.

La postura firme y sin derecho de réplica, se impuso, y fue así como el Rector Titular determina llevar a cabo la reingeniería anunciada que se considera apropiada y sustentable, pero llevando sin titubeos la defensa de la jubilación de los que ya la disfrutan, de los que tendrían derecho a ella en el futuro y los que la habían perdido a partir del 2016, la recuperan.

La postura asumida por la autoridad universitaria, era natural que no fuera del agrado de un grupo de trabajadores activos y otro de jubilados. Unos y otros que son liderados por mentes que se aferran a un pasado que en estos momentos ya no admite las mismas consideraciones que prevalecieron en la constitución del desaparecido fideicomiso del 2008.

Si no se lleva a cabo la reforma anunciada en la Universidad Autónoma de Sinaloa, se corre el riesgo de que se pierda la jubilación que actualmente se disfruta por un número importante de universitarios, que dependen de ella y que es el interés del Rector de que se preserve. Pero también sería un derecho que no alcanzarían numerosos trabajadores activos que ante lo que ocurre es una aspiración que les atemoriza que no se pueda obtener por las posturas intransigentes de unos cuantos. Pero que contradicción, se cuestiona severamente al Rector Madueña Molina en redes sociales sin ser el autor de lo que ocurre sino el medio para salvar derechos esenciales de los universitarios. Curiosamente, ninguna crítica al autor federal de lo que se manifiesta en la UAS.

La reforma, aunque les duela a esos pocos que se oponen a ella, es un hecho de que se va a realizar. La consulta en la que participarán todos los miembros de la comunidad laboral rosalina y los jubilados se llevará a cabo el próximo diez de octubre. Votemos por la unidad universitaria y por la defensa de un derecho que es y debe ser de todos como la jubilación dinámica.

La diatriba y las poses faltas de inteligencia, no abonarán en nada para salvar derechos esenciales para la subsistencia digna de quien percibe la jubilación uaseña. Depongan posturas ofensivas y difamantes, las autoridades federales quieren ver disposición y aportación de los beneficiarios de la jubilación para la creación de un fondo de pensiones o fideicomiso, para que la misma pueda ser protegida. Se reitera de nuevo. Se hace el llamado a la prudencia y a la conciliación para desterrar esas penumbras que giran alrededor de la jubilación.

¿Usted qué opina?