Más de 8 auditorías externas a la UAS. Las jubilaciones dinámicas por encima de los tabuladores del IMSS

Share

Alvaro Aragón Ayala.

Extralegal, fuera de la ley, pero bondadosa, la jubilación dinámica o vitalicia que aplica la Universidad Autónoma de Sinaloa nació violando los tabuladores del Instituto Mexicano del Seguro Social y la Ley de prestaciones sociales de 1943 y sus reformas de 1973; no derivó de una conquista sindical, sino de una propuesta del Rector Eduardo Franco que puso en la mesa del sindicato para su “acuerdo” y aprobación.

Se trató de una estrategia del Rector para “pacificar” la Casa Rosalina que había heredado corrupción y caos de su antecesor, el ex Rector Arturo Campos Román.


Conocido como “el padre de la Jubilación Dinámica”, Eduardo Franco llegó al alma máter con el apoyo de la Coalición de Fuerzas Democráticas, Progresistas y de Izquierda, para ocupar el periodo 1977-1981. La UAS se convulsionaba. Atravesaba por una aguda crisis y albergaba grupos de universitarios radicales, protagonistas y fundamentalistas, y anidaba activistas de la Liga Guerrillera Comunista 23 de septiembre.

Acababan de nacer los sindicatos universitarios (académico y administrativos). Para congraciarse con los trabajadores Franco creó en 1979 la jubilación vitalicia con cargo total al presupuesto universitario.


El Instituto Mexicano del Seguro Social, al que están hoy afiliados los trabajadores de la UAS, se fundó en 1943. Con la institución entró en vigencia la primera Ley de prestaciones sociales que después, en 1973, sufrió modificación. En aquel entonces, el gobierno de José López Portillo, estando Fernando Solana Morales en la Secretaría de Educación Pública, y David Ibarra Muñoz en funciones de Secretario de Hacienda, permitió a las universidades públicas que crearan sus sistemas de jubilaciones y pensiones exigiéndoles que se ajustaran al tabulador de la Ley del IMSS de 1943 y que incluyeran modelos de aportaciones o cuotas a un Fondo o Fideicomiso.


NO SE NOTIFICÓ A LA SECRETARÍA DE HACIENDA


Junto con las facilidades otorgadas, el gobierno lopezportillista pidió a las Universidades que proporcionaran a la Secretaría de Educación Pública y a la Secretaría de Hacienda información en torno a la constitución de sus esquemas de jubilación y sobre los procesos de descuentos a sus empleados para poder agregar apoyos financieros federales a las prestaciones.


Sin embargo, en la UAS y otras universidades del país sí procesaron la “institucionalización” del pago de las jubilaciones, pero por encima de los tabuladores del IMSS y sin notificar al titular de SEP ni al de la Secretaría de Hacienda. No hubo entonces ninguna lucha sindical. En la Casa Rosalina la jubilación dinamina nació el 1979 y por ser su idea y propuesta a Eduardo Franco se le conoce como “el padre de la jubilación dinámica”.


Así, el pago de la jubilación sin apoyo federal y sin aportaciones de los trabajadores de la UAS se volvió una tradición y se sostuvo y sostiene en un convenio o contrato contractual que es considerado “extralegal” por la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Lenia Batres, debido a que no figura en ninguna Ley de prestaciones sociales y porque está por encima de la Ley del IMSS; además, el Subsecretario de Educación Superior, Ricardo Villanueva Lomelí, las califica de “jubilaciones leoninas” porque equivale al sueldo completo, el 100 por ciento, dado a los trabajadores en retiro sin aportar ni un centavo para recibir ese beneficio.


Del 2015, fecha en que la Auditoría Superior de la Federación comenzó fiscalizar, de manera externa, a las Universidades Públicas, hasta hoy, el 2025, la ASF ha precisado que las jubilaciones dinámicas deben regularizarse y plantea una serie de observaciones sobre el costo de la prestación de retiro, prospectando la quiebra de las casas de estudio. Las auditorías, por ser practicadas por la Federación a una institucion autónoma, como es la UAS, son consideradas externas. La UAS ha sido sometida desde el arranque de los arqueos, a más de 8 auditorías externas y una forense.


LA CARGA DE LAS JUBILACIONES


El gobierno federal no reconoce la jubilación dinámica y no incluye en el presupuesto universitario recursos para el pago de este beneficio económico. En el 2001, el entonces Rector Jorge Luis Guevara Reynaga, miembro de una comisión de la ANUIES, trabajó en un estudio sobre los efectos financieros de las jubilaciones en el 78 por ciento de las instituciones del país.


Un grupo de directivos de aquel año, coordinados con la SEP y la SHyCP, llegaron a la conclusión de que la mejor forma mantener vigente el pago de las jubilaciones dinámicas, era la creación de fondos multipartes, donde contribuyeran trabajadores, universidades y los gobiernos estatales y federal.

EL GOBIERNO NO QUIERE QUE SE PAGUEN JUBILACIONES


El gobierno de Andrés Manuel López Obrador desapareció el 2018-2019 el programa U081 de Apoyo para la Atención a Problemas Estructurales de las Universidades Públicas Estatales y agravó la situación de la Universidad Autónoma de Sinaloa y de otras universidades públicas también en situación de crisis. Hoy las Universidades están pidiendo a la Federación 14 mil millones de pesos para cerrar el año.


El gobierno federal se opone a que se cubra la prestación vitalicia de retiro con el presupuesto universitario, en tanto que la UAS, para cumplir con lo estipulado en un contrato laboral (convenio contractual) -considerado extralegal e inconstitucional por la SCJ y la SEP-, paga quincenas tras quincenas la jubilación/pensión vitalicia a ¡5 mil 853! empleados en retiro. Para cubrir ese rubro la UAS usa anualmente 2 mil 400 millones de pesos de su presupuesto.


Según estimaciones de la SEP el dinero destinado a este beneficio “devora” más del 35 por ciento del subsidio universitario. En un año se estima que se pueden jubilar otros 800 trabajadores y se calcula que en cuatro años más la mitad del subsidio de la institución se aplicará en el pago de esa prestación.

LAS ALTERNATIVAS DE RICARDO LOMELÍ


Para evitar la quiebra total de la UAS a causa del pago de las jubilaciones, el actual subsecretario de Educación Pública, Ricardo Villanueva Lomelí, planteó, basándose en un estudio actuarial, cuatro alternativas, calificando asimismo el pago de la prestación de retiro como otra “estafa maestra” y advirtiendo que si no se construye un Fideicomiso-Pro-Jubilación Dinámica, gobierno federal ya no aportará recursos en diciembre para ayudar o “rescatar” a la Universidad y ordenará cancelar el pago de las jubilaciones.

Ricardo Villanueva propuso:

1.- Complementariedad con el IMSS: para trabajadores que ingresaron antes de 2015, la Universidad cubriría únicamente la diferencia necesaria para igualar su último salario, complementando la pensión del IMSS y reduciendo así el gasto institucional.


2.- Edad mínima de jubilación: se establecería un requisito de edad para el retiro, buscando alinear la medida con tendencias nacionales, contener el gasto y permitir la jubilación simultánea en la UAS y el IMSS con aportación adicional.


3.- Cuotas y aportaciones: se reintroducirían contribuciones tanto de trabajadores como de la institución, reduciendo la carga fiscal del sistema, con aplicación gradual para evitar un impacto fuerte en los ingresos del personal.


4.- Cuentas individuales adicionales: se crearía un sistema de ahorro complementario a la pensión del IMSS, permitiendo al trabajador acceder a un monto mayor al retirarse y aliviando la presión financiera universitaria.


De última hora, de la Presidencia de la República se deslizó una propuesta que es valorada también como una alternativa por la SEP: ajustar las jubilaciones dinámicas al tabulador del IMSS y apoyar a los trabajadores activos y jubilados y a la Universidad para que institucionalicen un Fideicomiso para que el pago de la prestación ya tabulada no recaiga totalmente en el presupuesto de la casa Rosalina.