Adán Augusto, Monreal y “Andy” ya no estuvieron en primera fila en el mitin de Sheinbaum

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Sara Pantoja

En solo siete meses, los liderazgos de Morena pasaron de la primera a la segunda y hasta la tercera fila de preferencia política de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, según se observó este domingo en el Zócalo capitalino durante el cierre de su gira nacional por su primer año de gobierno.

El pasado 9 de marzo, cuando la mandataria federal convocó a una asamblea informativa para fijar postura ante las amenazas arancelarias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se llevó un desaire de los principales líderes de Morena y sus partidos aliados.

El entonces coordinador de la bancada de Morena en el Senado, Adán Augusto López Hernández; y su homólogo en la Cámara de Diputadfos, Ricardo Monreal Ávila; así como el senador del PVEM, Manuel Velasco Coello y la presidenta nacional de Morena, Luisa María Alcalde Luján, estaban de espaldas, posando para una fotografía con Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, cuando pasó Sheinbaum Pardo.

Sin detenerse, ella le tocó la espalda a algunos para hacer notar su presencia, pero éstos reaccionaron tarde y ya no le alcanzaron a dar la mano, mucho menos un beso o un abrazo.

El hecho abrió la puerta a interpretaciones sobre un supuesto distanciamiento o mala relación de los morenistas con la exjefa de gobierno de la Ciudad de México.

Siete meses después, la mañana de este domingo 5 de octubre en el cierre de su gira nacional para dar su primer informe de gobierno al pueblo de la CDMX, la ubicación de los líderes morenistas fue notoriamente diferente.

En primera fila, con el saludo asegurado de Sheinbaum Pardo, estaban gobernadores de la Cuarta Transformación y los nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Atrás de ellos, prácticamente dentro de un corral dividido por vallas metálicas, estaban, entre otros funcionarios, Monreal Ávila y López Hernández, quien ha estado en la polémica por su presunta relación con Hernán Bermudez, líder del grupo criminal “La Barredora”, y por haber recibido pagos millonarios por servicios particulares.

Todavía detrás de ellos, en tercera fila, estaban López Beltrán y Alcalde Luján junto a otros militantes morenistas. Ninguno de ellos tuvo la pobilidad de saludar de mano o con un abrazo a Sheinbaum, ni antes ni después de su discurso.

Cabe recordar que, en las pasadas vacaciones de verano, Monreal y López Beltrán, junto con otros morenistas, saltaron también a la polémica tras ser captados en hoteles y restaurantes lujosos de España y Japón, pese al discurso de austeridad ordenado por el entonces presidente López Obrador y replicado por la presidenta Claudia Sheinbaum.