México vive una realidad de violencia, impunidad y pobreza: CEM

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La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) advirtió en el mensaje final de su Asamblea Plenaria sobre la situación de México.

En un mensaje, los obispos de la CEM manifestaron que no pueden ser “indiferentes ante el sufrimiento de nuestro pueblo. No podemos permanecer neutrales cuando está en juego la dignidad de las personas“.

En estos tiempos, observamos con preocupación cómo algunos discursos públicos construyen una narrativa que no corresponde a la experiencia cotidiana de millones de mexicanos“, se denunció.

“Nos dicen que la violencia ha disminuido, pero muchas familias que han perdido seres queridos o poblaciones enteras que viven con miedo constante experimentan otra realidad. Nos dicen que se combate la corrupción, pero ante casos graves y escandalosos, no se percibe la voluntad de esclarecerlos, por lo que prevalece la impunidad. Nos dicen que la economía va bien, pero muchas familias que no pueden llenar su canasta básica y muchos jóvenes que no encuentran oportunidades de trabajo nos hacen ver que esto no es verdad”, criticaron los obispos.

También se señaló que en México “quienes expresan opiniones críticas son descalificados y señalados desde las más altas tribunas del poder” y que aunque se dice que “somos el país más democrático del mundo, pero la realidad es que hemos visto cómo han comprometido los organismos y las instituciones que garantizaban la auténtica participación ciudadana para concentrar el poder arbitrariamente”.

Vivimos tiempos difíciles, la violencia se ha vuelto cotidiana. Ese cáncer del crimen organizado que padecemos desde hace años ha extendido sus tentáculos a muchos rincones del país”.

Tras hacer un repaso sobre los hechos de violencia que enfrenta México, la Conferencia del Episcopado Mexicano llamó a “una conversión personal y social para alcanzar una verdadera transformación”.

No debemos quedarnos en estadísticas frías que nos dan cuenta de todas estas realidades de inseguridad, de pobreza e injusticia. Son rostros concretos. Son familias destrozadas. Son madres que lloran a sus hijos. Son comunidades indefensas y empobrecidas”, alertó.