Ricardo Alemán
Para nadie en México pasó desapercibido que el pasado fin de semana se celebró, en todo el país, una de las mayores tradiciones prehispánicas.
Los llamados días de “Todos los Santos” –el 1 de noviembre–, y “De Muertos” –el 2 de noviembre–, que muchas familias mexicanas celebran desde tiempos inmemoriales.
Sin duda una de las mayores tradiciones mexicanas que sorprenden al mundo por su profundo contenido esotérico; culto al ciclo de la vida y al más allá; culto a los muertos, sean niños o sean adultos.
Sin embargo, en el México de la llamada “4-T” también se han trastocado las más profundas tradiciones mexicanas.
Y es que la realidad cotidiana impuso a los ciudadanos no sólo “un día de muertos”, sino todo un sexenio de muertos y aún más.
Sí, hoy en México todos los días son “días de muertos”, ya que a diario pierden la vida por lo menos un centenar de ciudadanos, incluidas mujeres, niños, policías y periodistas.
Sí, y el mejor ejemplo de que en México hasta el “Día de muertos” se cometen atrocidades, ocurrió el pasado sábado 1 de noviembre del 2025, en el municipio de Tepetlixpa, en el estado de México, en donde una joven madre fue asesinada a golpes, por integrantes de su propia familia, quienes de esa manera le impidieron que, en el tianguis local, instalara un puesto para vender “calaveritas de chocolate”. Sí, de locos.
Pero más allá de lo demencial del anterior feminicidio, lo cierto es que México ya es visto por el mundo entero como uno de los mayores cementerios del orbe.
Sí, una tragedia política y social que aquí advertí hace seis años, el 4 de noviembre de 2019, en el Itinerario Político titulado: “Del día de muertos al gobierno de muertos”, en donde dije lo siguiente: “Hoy la realidad confirma que a López Obrador nunca le importó acabar con la violencia contra los ciudadanos; nunca le importó la democracia y tampoco le preocupa mejorar las condiciones de vida de los mexicanos; sólo le importó y le sigue importando el poder por el poder.
“Sí, el de AMLO será el peor gobierno de la historia y hoy avanza, a pasos agigantados, a ser el sexenio de los muertos; un verdadero desfile de muerte, ante el silencio y la complicidad de 30 millones de fanáticos que ciegos y sordos siguen defendiendo a López Obrador”. (FIN DE LA CITA)
¿Tuvimos o no razón?
Hoy, cumplido siete años de los gobiernos federales de Morena, han sido asesinados más de 250 mil ciudadanos, mientras que la impunidad es “la regla de oro” de las gestiones morenistas.

Lo sorprendente, sin embargo, es que la sociedad mexicana que antaño se escandalizaba por los elevados niveles de violencia y muerte en gobiernos como los de Felipe Calderón y Peña Nieto, hogaño calla e ignora las cifras inmorales e intolerables de muertes, en los gobiernos de Obrador y de Claudia.
Queda claro el fracaso escandaloso del mayor compromiso asumido por los políticos de Morena, desde 2018 y hasta finales del 2025.
Y por eso formulamos las preguntas de rigor: ¿Cómo entender que el grupo político que hoy gobierna fue el mismo que pretendía lleva a Calderón ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, porque era intolerable que, en ese gobierno, perdieran la vida 10 mil personas al año, cuando hoy mueren casi 40 mil mexicanos al año?
¿Qué pasó con los anticuerpos sociales, con las capacidades de asombro, indignación y exigencia de resultados para contener el crimen, frente a los fracasados gobiernos de Obrador y Claudia, cuando los muertos de hoy son muchos más que en las gestiones de Peña Nieto y de Calderón?
Por eso, los ciudadanos todos debemos seguir exigiendo respuestas frente al “valemadrismo” y la cobardía de instituciones clave del Estado mexicano como los poderes Legislativo y Judicial y como los partidos opositores que nada hacen y menos dicen frente a la violencia fuera de control.
¿Ya no es de escándalo la mayor cifra de muertos de la historia; los muertos de Obrador? ¿Ya no acudirán ante la CIDH y menos ante la ONU para denunciar la incompetencia presidencial? ¿Ya no servirá el eslogan de “No más sangre”? ¿Ya no les parece inadmisible y digno de la renuncia presidencial y del gabinete de seguridad, la impensable cifra de más de 250 mil muertes en siete años de los gobiernos federales de Morena?
Lo cierto es que hoy, poco importa la festividad del “Día de Muertos” frente a los miles de mexicanos que han perdido la vida y que en los próximos años serán víctimas de la violencia sin freno en el país.
Lo ridículo del tema es que por años, López Obrador y sus partidos –primero PRD y luego Morena–, utilizaron la violencia criminal y las cifras inaceptables como instrumento político, como gancho para ganar votos, como arma “engañabobos” y para desacreditar a los gobiernos de Calderón y Peña.
Sí, a siete años de la llegada de Morena al poder, sus gobiernos son epítome de “muerte”.
