Luis Carriles
El plan estratégico de Pemex es, en los hechos, es el manual básico del neoliberalismo mexicano aplicado a la industria petrolera. Hay varios rompimientos frente a la narrativa de la soberanía petrolera del Obradorismo: van a usar factoraje para pagar a proveedores, unos 250 mil millones de pesos en este año; van a explotar los yacimientos de Shale Gas en la Cuenca de Burgos, Tampico-Misantla y van a recuperar Chicontepec. Así es, van a aguas frías, que es lo que los neoliberales llaman Aceite Terciario del Golfo.
.¿Más neoliberalismo? Bueno, abiertamente mencionan que la estrategia se estructura la incorporación oportuna de desarrollos inmediatos; la ejecución de los contratos de servicios y contratos de exploración y extracción y la ejecución programada de contratos de desarrollo mixtos. No se atreven a decir que es la entrada de inversión privada, como si les diera pena hacerlo y esto abre la posibilidad de explorar las coinversiones con el sector privado.
Lo que revela Pemex es que con la participación de privados van a desarrollar actividades de exploración y extracción en proyectos seleccionados, de esta manera van a compartir riesgos, costos y conocimientos técnicos, acelerar el desarrollo de proyectos de alta complejidad y presupuesto restrictivo.
El gobierno admite que estos esquemas son clave para maximizar el valor de los hidrocarburos, atraer inversión extranjera directa, y fomentar la transferencia de tecnología y capacidades locales.
Ojo, van a usar en las nuevas asignaciones para desarrollo mixto previstas en la Ley del Sector Hidrocarburos: se incorporan a las opciones que posee Pemex de participación con terceros, junto con los esquemas tipo Contratos de Servicios Integrales de Exploración y Extracción, Contratos Integrales de Exploración y Producción y Contratos de Exploración y Extracción ¿Les suenan neoliberales? Bien son esquemas heredados de las administraciones de Zedillo, Fox y Calderón.
Y en más temas del manual neoliberal, resulta que las estrellas de esta era de Pemex son los siguientes campos petroleros: Exploratus y Nobilis; pero, ¿qué creen? Las estrellas en el firmamento petrolero de la 4T son Zama, al que deben desarrollar, y se encontró en la época de Enrique Peña Nieto; y Trión, que sigue inconcluso y fue encontrado en la época del presidente de Felipe Calderón. Y para empeorar la narrativa, el objetivo es desarrollar los yacimientos cercanos a estos dos sistemas. Por cierto, son aguas profundas, el mayor miedo de AMLO que creyó que había petróleo en aguas bajas.
La apuesta fuerte al fracking para sacar el shale gas en las cuencas Sabinas-Burro Picachos y Tampico-Misantla tiene como meta que todo este proceso rinda frutos a partir de 2029, es decir, en este mismo sexenio.
El cronograma es que este año van a tener los permisos y van a iniciar la ejecución de contratos a finales de 2025 y avanzar hacia la etapa de evaluación de producción durante 2026 que es cuando se van a desarrollar.
Ojo, en esta actividad se ha contemplado realizar a través de los esquemas contractuales vigentes, así como a través de contratos mixtos en aquellas áreas en las que actualmente no se tienen contratos de servicios o contratos de exploración y extracción.
Y de las finanzas poco podemos decir, van a patear el balón hasta donde no se pueda más, la limpieza es cosmética, al final del día el factoraje es deuda pospuesta para la petrolera, pero una buena noticia para los proveedores, esperando que les paguen lo que deben.
Buzos
1.- Hay un rumor en Pemex. Se dice que están revisando por qué Octavio Romero Oropeza dejó de pagarle a los proveedores en su administración y cómo es que los hijos del presidente se volvieron tan importantes a la hora de definir a quiénes sí les pagaban y a quienes no. Conste, es un rumor.