Ya me cansé 2.0

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Rodrigo Cordera

Nuestras élites se encuentran totalmente disociadas de la realidad de la mayoría de los mexicanos. Sean élites meramente económicas o políticas, ambas viven en realidades totalmente distintas de la mayoría de los mexicanos. Pasamos de un “ya me cansé” de un procurador de justicia en uno de los casos más dolorosos para la sociedad mexicana, a un “no sé cuánto cuestan las tortillas, de eso se encarga la señora del hogar”, a un “ jornadas extenuantes de trabajo” del junior mayor de México. Y sí, el hijo del ex presidente de la República es el junior mayor por excelencia, aunque provenga de un movimiento que demagógicamente pregona la austeridad (suicida en el gobierno) en lo personal vive en el penthouse de la sociedad mexicana. 

La agenda del partido en el poder, además de errática en materia económica, es mediocre. Pregonan la austeridad en un país que requiere de mucha inversión pública y privada. Vamos, si fueran un gobierno de izquierda no pararíamos de escuchar el concepto de economía mixta, pero aquí parecen ser más un movimiento libertario populista, es decir: poco estado, muchas transferencias a ciertos sectores, y nula discusión en torno a la distribución de la riqueza. Le temen al cobro de impuestos a los grandes ricos de México. 

Le temen al mundo. Lo justifican desde un nacionalismo trasnochado que nos termina por afectar a todos. Viajar por el mundo no debería ser un privilegio de clase. Debería ser la libre determinación del individuo por decidirse a conocer otras culturas. Obviamente para ello se requiere de salarios que nos otorguen la dignidad de poder ahorrar y planear para ello. Por eso resulta insultante el viaje a Japón de Andy, el secretario de organización del partido en el poder. A mi me parece fascinante la idea de conocer Japón, y me parece aún más fascinante la idea de que todas las personas de nuestro país pudieran tener el nivel de vida y dignidad para viajar por el mundo, ir al cine cuando lo decidan, ir a museos, ir a conciertos y vivir la vida con dignidad. Esa es la diferencia. Desde la austeridad republicana se romantiza la pobreza, y en la pobreza no hay virtud, hay mucho dolor y sufrimiento. Y desde la izquierda socialista democrática queremos que toda persona pueda acceder a la cultura, al conocimiento, al mundo… vamos. 

Ahora que Andy encontró el cansancio en el trabajo, me imagino impulsarán la reforma para reducir la jornada laboral a 40 horas. 

El obrero construye casas, caminos, puentes y grandes momentos al avance social y humano. La trabajadora del hogar limpia, cuida, nutre y hasta educa. La enfermera cuida y salva vidas. Las cajeras que muchas están de pie todo el día , nos atienden con amabilidad. Los repartidores de aplicaciones trabajan en condiciones peligrosas trayéndonos y brindando la comodidad de comer en el trabajo o la casa. Los oficinistas trabajan horarios extenuantes, y como todos los anteriores también sufren de un transporte público deficiente que nos hace perder tres horas diarias. Ahora resulta que el junior de juniors está cansado. Es hora de acabar con una supuesta austeridad que solo significó despilfarro para un grupo en el poder. Es hora de dignificar el poder viajar por el mundo para aprender de nuevas culturas, no el encierro nacionalista absurdo y trasnochado. Andy está cansado, pero la clase trabajadora, la verdadera generadora de riqueza no solo está cansada, está mal pagada y mal tratada.