EU confirma despliegue militar contra Venezuela y acusa a Nicolás Maduro de líder narcoterrorista

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Este despliegue es parte de la estrategia de Donald Trump para frenar cárteles latinoamericanos responsables del tráfico de fentanilo y otras drogas

Estados Unidos confirmó un despliegue militar en aguas del Caribe cerca de Venezuela, en una operación que involucra tres buques destructores con cuatro mil soldados, como parte de los esfuerzos del presidente Donald Trump para combatir el narcotráfico. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, aseguró que el Gobierno está preparado para “usar todo su poder” para frenar el flujo de drogas hacia su país y llevar ante la justicia a los responsables.

Leavitt calificó al régimen de Nicolás Maduro como un “cártel del narcotráfico” y negó su legitimidad como presidente.

La información sobre la presencia de la marina estadounidense en el Caribe fue adelantada por CNN, citando fuentes de defensa, que señalaron que la operación busca combatir a los cárteles del narcotráfico y reforzar la presencia militar con aviones, barcos y lanzamisiles. Entre los medios asignados a la misión se incluyen un submarino nuclear, aviones de reconocimiento P8 Poseidon, varios destructores y un barco de guerra con misiles guiados. 

El despliegue se enmarca en la estrategia de Trump de utilizar al Ejército estadounidense para frenar cárteles latinoamericanos responsables del tráfico de fentanilo y otras drogas, así como de la violencia en comunidades estadounidenses. El mandatario ha presionado a las autoridades de varios países, como la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, para cooperar en seguridad y enfrentar a los cárteles, lo que la funcionaria rechazó citando la soberanía del país.

En febrero pasado, Trump designó a grupos como Tren de Aragua, MS-13 y varios cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras, medida reservada normalmente para Al Qaeda o el Estado Islámico. La administración argumenta que las operaciones internacionales de estas organizaciones justifican la designación. 

A principios de agosto, Washington duplicó la recompensa por la captura de Maduro a 50 millones de dólares, acusándolo de narcotráfico y de colaborar con cárteles para inundar Estados Unidos con cocaína mezclada con fentanilo.

Por su parte, el Gobierno venezolano ha rechazado las acusaciones. El canciller Yvan Gil calificó las declaraciones estadounidenses como falta de credibilidad y destacó la soberanía del país, mientras que Maduro denunció amenazas de Estados Unidos. 

La tensión se suma a los antecedentes judiciales: en 2020, Maduro y varios aliados fueron acusados en un tribunal federal de Nueva York por narcoterrorismo y conspiración para importar cocaína, con una recompensa inicial de 15 millones de dólares. Mientras tanto, la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, destacó la confiscación de 700 millones de dólares vinculados a Maduro.

Sobre el tema (y por los riesgos de acciones similares contra México), Claudia Sheinbaum llamó al diálogo y al no intervencionismo. Subrayó los principios constitucionales de autodeterminación, no intervención y solución pacífica de controversias, reiterando que las diferencias entre países deben resolverse mediante el diálogo y no con acciones militares.

Técnicamente, Estados Unidos tiene la capacidad de atacar, pero la invasión en Venezuela sería costosa, ilegal y con consecuencias geopolíticas negativas. Por eso, la mayoría de especialistas coincide en que Estados Unidos seguirá optando por la presión económica, las amenazas y operaciones selectivas, evitando un conflicto abierto.

Según el Derecho Internacional, consagrado en la Carta de las Naciones Unidas (de 1945): ningún país puede usar la fuerza militar contra otro salvo en defensa propia o con autorización del Consejo de Seguridad de la ONU.

CT

El Informador