Elizabeth González-Manrique
Apesar de los esfuerzos para erradicar el trabajo infantil por parte de los gobiernos del mundo y organizaciones civiles como World Vision México y Save the Children, en los últimos años, los conflictos, las crisis y la pandemia del COVID-19, han sumido a más familias en la pobreza, obligando a millones de niños más a recurrir al trabajo infantil.
Desde el año 2000, el mundo ha realizado progresos constantes en la reducción del trabajo infantil; no obstante, de acuerdo con estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas, en la actualidad, 160 millones de niños siguen trabajando, es decir, uno de cada 10 menores de edad que habitan en el planeta.
África ocupa el primer lugar entre las regiones, tanto por porcentaje de niños que ejercen el trabajo infantil (un quinta parte), como el número absoluto de niños en esta situación: 72 millones. Asia y el Pacífico ocupan el segundo lugar con un siete por ciento y 62 millones en términos absolutos.
A pesar de que el porcentaje de niños en trabajo infantil es más alto en los países de bajos ingresos, su número es en realidad mayor en los países de ingresos medios: el nueve por ciento en los países de ingresos medios bajos, y el siete, en los de ingresos medios altos.

Estadísticas sobre el número absoluto en cada grupo de ingresos nacionales indican que 84 millones de niños están en situación de trabajo infantil, de ellos, el 56 por ciento vive en países de ingresos medios y otros 2 millones viven en países de altos ingresos.
En África, Asia y el Pacífico, casi 9 de cada 10 niños se encuentran en situación de trabajo infantil. Según cifras de la ONU, en América, 11 millones de niñas, niños y adolescentes laboran, 6 millones más en Asia Central y Europa y un millón en los estados árabes, equivalentes al cinco, cuatro y tres por ciento del total de menores de edad que habitan en la zona.
Trabajo infantil en México
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), define al trabajo infantil como toda aquella actividad que que priva a niñas, niños y adolescentes de su potencial y dignidad y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), este tipo de actividades puede producir efectos negativos, ya sea inmediatos o futuros, para el desarrollo físico, mental, psicológico y social, a la vez que impide que los menores de edad gocen plenamente de sus derechos humanos pues, en especial, obstaculiza su asistencia o permanencia a la escuela, además de reducir su rendimiento en este ámbito.
En 2014, en México fue reformado el artículo 123, apartado A, fracción III de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para elevar de 14 a 15 años la edad mínima para trabajar, sin embargo, algunas niñas y niños se incorporan al mundo laboral desde los cinco años de edad. Actualmente continúan los esfuerzos para combatir esta problemática.
La Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2022, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), dada a conocer en 2024, reveló que 3.7 millones de niñas, niños y adolescentes de 5 a 17 años de edad, realizaban trabajo infantil, lo que representó una tasa de 13.1 por ciento entre la población de esta edad, que es de 28.4 millones. Se trata de una cifra de 1.7 puntos porcentuales más que en 2019. Para las niñas dicha tasa fue 10.7 por ciento y para los niños fue 15.5 por ciento.
“Se considera trabajo infantil cuando niñas, niños y adolescentes de 5 a 17 años participan en una o más formas de trabajo no permitidas. Se clasifica como una ocupación no permitida a la que realizan personas de este grupo de edad en la producción de bienes y servicios destinados al mercado, o en ocupaciones de sectores económicos, lugares o actividades peligrosas. Asimismo, incluye a quienes realizan quehaceres domésticos no remunerados en sus propios hogares en condiciones no adecuadas”, explica el Inegi en los resultados de la ENTI.
Del total de niños que ejercen el trabajo infantil, 1.8 millones, equivalente al 6.4 por ciento, realizan ocupaciones no permitidas; 1.6 millones —5.6 por ciento—, hacen exclusivamente quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas y 318 mil combinan ocupaciones no permitidas y los quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas, es decir, el 1.1 por ciento.
De acuerdo con la ENTI, 2.1 millones de niños de entre 5 y 17 años, cifra equivalente al 7.5 por ciento del total de este grupo, ejercieron labores no permitidas. Por otra parte, 1.9 millones de niñas y niños llevaron a cabo quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas, el 6.7 por ciento de la población de este grupo de edad.
Hace 10 años, en 2015, la tasa de trabajo infantil en México se ubicó en 12.3 por ciento, mientras y en 2017 disminuyó a 11 por ciento. En los siguientes años aumentó a 13.1 por ciento en 2022.
En el año en el que se levantó dicha encuesta (2022), la tasa de trabajo infantil en niños fue de 15.5 por ciento, mientras que en el caso de las niñas fue de 10.7 por ciento.
De la población de niñas, niños y adolescentes de 5 a 17 años que realizaron alguna ocupación no permitida,1.5 millones, 71.9 por ciento, eran niños y 0.6 millones, 28.1 por ciento, eran niñas.


Quienes realizaron ocupaciones no permitidas de forma exclusiva fueron 1.8 millones, 85.1 por ciento, y quienes combinaron estas actividades con quehaceres domésticos en condiciones inadecuadas fueron 0.3 millones, 14.9 por ciento. El porcentaje de niñas que ejercieron ocupaciones no permitidas que también realizaron quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas, asciende al 17.6 por ciento.
Actividades de riesgo
Malcom Aquiles Pérez, director de Incidencia en Políticas Públicas y Movilización de World Vision México, indicó que para la organización, que trabaja programas como Campos de Esperanza para combatir y erradicar el trabajo infantil, el punto de partida actual es la ENTI levantada en 2022, que ofrece cifras preocupantes en torno a este problema.
“Para nosotros y para la discusión pública de este tema, el punto de referencia es la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil, la ENTI, cuya última publicación o levantamiento fue en 2022. En ella se señala de una manera muy puntual que en México se identificaron para esos años 3.7 millones de niños y niños de adolescentes entre los 5 y 17 que se encuentran en situación de trabajo infantil en México, ¿qué quiere decir esto? Que alrededor de uno de cada 10 niñas y niños del país se encuentra en esta situación.
“El porcentaje es de 13.1, pero haciendo una equivalencia sería uno de cada 10, resaltando que ha habido un fuerte incremento de niñas, niños y adolescentes, especialmente adolescentes mujeres que ejercen el trabajo infantil”, señaló.
De acuerdo con la ENTI 2022, en un periodo de 15 años, disminuyó el número de menores de edad que trabajan en ocupaciones no permitidas, pasando de 3.5 millones a 2.1 millones, entre 2007 y 2022, es decir, la reducción fue de 1.4 millones.
No obstante, desde 2017, la población de niñas, niños y adolescentes en ocupaciones no permitidas ha mostrado niveles similares, fluctuando entre 2 y 2.1 por ciento del total de niñas, niños y adolescentes de entre 5 y 17 años de edad.
Del total de los 2.1 millones de niñas, niños y adolescentes que realizan alguna ocupación no permitida, 2.0 millones, 92.5 por ciento, lo hacen en actividades consideradas de carácter peligroso. De este grupo, 1.5 millones, equivalente al 73.7 por ciento, son niños y 0.5 millones, 26.3 por ciento, son niñas.
“Normalmente se identificaba, o había sido una una constante, que el trabajo infantil se concentraba en los hombres y en los últimos años ha venido incrementando la incidencia en las niñas y adolescentes, sobretodo en el sector rural”, comentó Malcom Aquiles Pérez
De los 2 millones de menores de edad que ejercen ocupaciones peligrosas, 1.1 millones (54 por ciento) se encontraban activos en sectores económicos cuyas actividades productivas son peligrosas, tales como la agricultura, construcción, minería, industria química, entre otras.
Por su parte, 1.1 millones de niñas, niños y adolescentes realizaron actividades que afectaron su salud y desarrollo como cargar cosas pesadas, o que les provocaron problemas físicos, en tanto otros 437 mil, sufrieron horarios de trabajo prolongados y 846 mil desarrollaron actividades con exposición a riesgos.
Uno de los datos más alarmantes revelado por la ENTI es que 210 mil menores de edad trabajaron jornadas no apropiadas como aquellas con horarios mixtos, nocturnos o rolaron turnos.
La otra cara del trabajo infantil
El Inegi define a los quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas como “aquellas actividades dirigidas a la producción de bienes y servicios para el consumo de los miembros del hogar. Estas actividades no tienen una remuneración y afectan la salud o integridad física de quienes las realizan”.
La ENTI registró en 2022 que 1.9 millones de niñas y niños, de 5 a 17 años, realizaron estas actividades en condiciones no adecuadas. De esta cantidad, un millón, equivalente al 51.8 por ciento, eran niñas y 0.9 millones, 48.2 por ciento, niños.
“Cuando hablamos de un incremento en la incidencia de trabajo infantil de niñas y adolescentes, sobretodo, este aumento se concentra en quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas, pero, ¿a qué nos referimos con esto? Pues a que están trabajando en un hogar haciendo quehaceres, llevando jornadas de más de 8 horas, sin posibilidades de acceder a educación, salud, en una condición irregular y donde también están expuestas o pueden estar expuestas a situaciones de abuso, abuso sexual y a situaciones de acoso”.
“Este porcentaje de niñas y adolescentes, sobre todo en quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas representa más o menos un un 14 por ciento de la población en trabajo infantil”, menciona Aquiles Pérez.
Según la ENTI, quienes realizaron quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas de forma exclusiva sumaron 1.6 millones y quienes combinaron los quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas con la ocupación no permitida fueron 0.3 millones.
Por otra parte, el director de Incidencia en Políticas Públicas de World Vision México, mencionó que otra de las actividades peligrosas en las que se concentra la incidencia de trabajo infantil en México es en el sector agrícola, ámbito en el que la organización ha logrado bajar estas cifras a través de la iniciativa Campos de Esperanza.
“Si nos vamos hacia dónde está el mayor porcentaje de niñas, niños y adolescentes en situación de trabajo infantil o explotación laboral, el 67 por ciento, se concentra en la población jornalera agrícola del país. Esto representa un reto muy fuerte porque, además, es la es la población en la que se concentran muchas de las condiciones críticas de pobreza en México, de pobreza extrema”, afirmó.
Reporte Índigo