La exigencia para echar a la calle a profesores y a 50 mil estudiantes de la UAS

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Álvaro Aragón Ayala.

Mientras toda la comunidad universitaria en activo borda un ambicioso proyecto de rescate financiero de la Universidad Autónoma de Sinaloa, veinte jubilados que han logrado atraer a otros ciento ochenta, y que enfrentan el rechazo de más de cinco mil seiscientos trabajadores en retiro y de catorce mil académicos, administrativos e intendentes, desarrollan una andada de acciones conspirativas que tienen como propósito “reventar” a la Universidad Autónoma de Sinaloa para obligarla a que eche la calle a cientos de profesores y a más de 50 mil estudiantes.

El grupúsculo que cataloga a la UAS como una simple “caja de pago”, como si se tratara de una institución de prestaciones de retiro, similar a las del IMSS o al ISSSTE, vocifera a través de las redes digitales -Facebook, Instagram, etc., a veces con nombres falsos para aparentar consenso. En sus acciones alega que no se somete a ninguna restricción patronal-administrativa por ser jubilados y rechaza el proyecto de reingeniería universitaria. Exige, además, un imposible: que se le siga pagando la jubilación dinámica con los recursos otorgados por el gobierno federal a la institución.

Liderados por quienes orquestaron un movimiento que terminó por la cancelación del Fideicomiso Pro Jubilación, la minoría radical enloqueció por la posición-precisión-determinación del Gobierno Federal (SEP/SHyCP): reiterar que no reconoce ni legitima ni volverá a permitir que tal prestación (la jubilación dinámica o vitalicia), que ya tiene otorgándose 46 años sin ninguna aportación de los trabajadores, siga pagándose totalmente con los subsidios, federal y estatal, de la Casa Rosalina.

Un estudio actuarial de la Subsecretaría de Educación Superior, al que se sumó un diagnóstico de los CIIES, otro de la ANUIES y uno más de la Auditoría Superior de la Federación, concluyó que el pago de la jubilación dinámica, sin un soporte financiero en el que participen o converjan las aportaciones de los trabajadores, metió a la UAS en una grave crisis económica que le puede llevar a la insolvencia y a la quiebra y provocar su cierre.

Sin embargo, ofreció a la UAS dos alternativas para poder liberar recursos para el pago del aguinaldo y las quincenas del mes de diciembre y permitir aplicar un porcentaje del presupuesto universitario al pago de las jubilaciones: 1-. Terminar con las prestaciones laborales que estén por encima de la Ley Federal del Trabajo (los jubilados también gozan de una “prima” vacacional rechazada por la SEP y la SHyCP) 2.- Un plazo, que vence en noviembre, para que los trabajadores constituyan un nuevo Fideicomiso Pro-Jubilación.

Pese a que son los gobiernos federal y estatal, que en conjunto, otorgan el presupuesto/subsidio a la Universidad y no obstante que ya hay una determinación de la SEP y la SHyCP de que si no emprenden una reingeniería financiera y de que si no crean un Fideicomiso no habrá recursos para salvar de la crisis a la Casa Rosalina y de que se prohibirá tocar o tomar dinero del subsidio para cubrir la jubilación, el grupúsculo rechaza la propuesta federal y quiere que “a huevo” la UAS les siga cubriendo la jubilación.

La jubilación dinámica fue creada durante el rectorado de Eduardo Franco por un acuerdo contractual entre el patrón (UAS) y el sindicato, sin embargo, dicho convenio, no recibió el aval del Gobierno Federal que es el que otorga el financiamiento a la institución. Con el tiempo, al crecer la Casa Rosalina, al abrir y ofertar nuevas carreras y con el envejecimiento de la planta laboral “de origen”, aumentó el número de jubilados -hoy son más de cinco mil 600 -, quienes devoran 2 mil 400 millones de pesos, el 35 por ciento del presupuesto universitario.

Bajo este escenario, miles de trabajadores en activo y otros miles de jubilados trabajan, en unidad, en un proyecto de reingeniería y analizan propuestas viables para la constitución de un Fideicomiso, en tanto los veinte jubilados “rebeldes”, mienten al divulgar que el Contrato Colectivo de Trabajo no tiene validez, difunden memes y corridos difamando al Rector Jesús Madueña Molina, a los directivos del Sindicato de la Trabajadores Académicos y Administrativos, y demanda el despido de trabajadores de confianza.

Piensan y piensan mal, creen que si la administración universitaria despide cientos de trabajadores el Gobierno Federal va a seguir permitiendo que se siga usado el subsidio en el pago de la jubilación dinámica sin aportaciones. Están equivocados. Aparte de que la Federación ya advirtió que no permitirá que se siga repitiendo el viejo esquema jubilatorio, el despido de trabajadores de confianza obligaría a la UAS a cerrar carreras, clausurar Escuelas y Facultades y echar a la calle a más de 50 mil estudiantes.

Esa es la apuesta anti-universitaria de los jubilados “rebeldes”. No les importa la UAS, no les importan los estudiantes. Ven a la institución como una “tesorería” privada a la que, según ellos, tienen derecho a exprimirle hasta el último centavo  

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